El problema de la relación entre literatura y teatro suscitado por el género dramático es tanviejo como la teoría literaria misma: se inicia con el Arte Poética de Aristóteles. Él aborda el problema distinguiendo la tragedia de la epopeya a partir del modo de la imitación, presentativo en la tragedia, narrativo en la epopeya. Según dicho autor, este modo se manifiesta en la parte de la tragedia que él llama espectáculo (opsis). Sorprendentemente, otorga al espectáculo el último lugar en la jerarquía de las partes, porque la estima la menos propia del arte poética ya que, afirma, la fuerza del efecto trágico existe aun sin montaje teatral. Distinguiendo el espectáculo teatral de la visibilidad que surge del modo presentativo en la mera lectura a partir de diferentes consideraciones que Aristóteles hace en su texto, se propone en este artículo destacar la relevancia de la noción de espectáculo como modo de imitación, explicando el montaje físico como la materialización de una cualidad esencial del discurso dramático.