Francisco Cuevas Cervera.
El Cervantismo en el siglo XIX: Del Quijote de Ibarra (1780) al Quijote de Hartzenbusch (1863).

[Publicación digital]. Oviedo: Ediciones de la Universidad de Oviedo, 2015, 1550 pp.

 

Constituye un viejo tópico de la crítica la afirmación del carácter inconmensurable de la bibliografía sobre la vida y la obra de Miguel de Cervantes. Pues, en efecto, la producción teórica de todo tipo que aborda de manera monográfica o tangencial la ficción cervantina, crece exponencialmente cada año en centros académicos de todo el mundo para leer y releer una obra tan canónica como lo es El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. La inagotable capacidad del Quijote de ofrecer siempre renovadas perspectivas de análisis e incontables interpretaciones configura, sin duda, la práctica de su permanente actualización como un texto literario que, a más de cuatrocientos años de su publicación, sigue planteando problemas e interrogantes para sus lectores y estudiosos. En este sentido, la historia de la recepción de la obra de Cervantes se erige como una de las más profusas y complejas, colmada de posturas críticas heterogéneas dispuestas en una evolución no fácilmente aprehensible.

Precisamente El Cervantismo en el siglo XIX, libro digital que Francisco Cuevas Cervera elabora a partir de su tesis doctoral, emprende el estudio y la catalogación sistemáticos de un periodo concreto de esa historia interpretativa y crítica. El tramo está delimitado por dos hitos editoriales fundamentales en el desarrollo del cervantismo en el paso del siglo XVIII al XIX: en un extremo, la primera edición del Quijote a cargo de la Real Academia Española, impresa por Joaquín Ibarra en 1780 y con un estudio preliminar de Vicente de los Ríos; y en el otro extremo, la edición que Juan Eugenio Hartzenbusch hace de la misma novela en 1863, como parte del proyecto de Obras completas del alcalaíno que dirige en doce volúmenes Cayetano Rosell. Entre esos dos extremos se halla el devenir de un ingente corpus teórico, retórico, biográfico y literario que exhibe los albores del más importante viraje interpretativo en relación con la novela y la figura de Cervantes: la concepción romántica del Quijote.

El trabajo de Cuevas Cervera se divide en dos partes: en primer lugar, un estudio preliminar titulado "El Cervantismo en el siglo XIX: Ensayo de un catálogo"; y en segundo lugar, el catálogo propiamente tal, conformado por 1265 entradas bibliográficas donde se reúnen los más diversos materiales publicados entre los años antes señalados, de 1780 a 1863.

En el estudio que antecede al catálogo, Cuevas Cervera se detiene primeramente a establecer la finalidad, los criterios y el ordenamiento de su trabajo de recopilación bibliográfica; conviene ahondar sobre estos criterios para comprender la envergadura y funcionamiento del catálogo. Como es de sobra sabido, desde el contexto de su publicación, el Quijote se leyó como una obra cómica de entretenimiento, como una parodia de los libros de caballerías castellanos y una sátira de la sociedad española aurisecular. Dicha forma de comprensión del texto central de Cervantes dará un vuelco progresivo entre los siglos XVIII y XIX hacia una interpretación de la novela como una obra trascendente a los ojos de un emergente movimiento romántico europeo bajo la impronta alemana. El catálogo de Cuevas Cervera apunta justamente a marcar el camino de ese cambio exegético a través de todos los textos que reflexionaron sobre Cervantes y el Quijote. Así, pues, la finalidad de esta inmensa recopilación es señalar los momentos de inflexión y transformación, de divergencias y convergencias en la recepción del cervantismo decimonónico. Se trata de una visión exhaustiva y global, de un horizonte amplísimo donde unos discursos interactúan y se tensionan con otros. Sin embargo, como insiste Cuevas Cervera, "el tránsito de una lectura a otra no se produce de manera puntual, sino que, como en toda evolución, necesita de escalones intermedios, de recovecos y vueltas atrás para iniciar nuevas sendas de manera constante" (9).

Pero el catálogo no solo aborda las cambiantes formas de análisis del Quijote, sino que incorpora también la construcción de la figura biográfica de Cervantes; una figura en disputa que en el periodo estudiado comienza su proceso de canonización literaria y cultural, tanto dentro como fuera de España. Para aquello, el catálogo alberga textos de naturalezas sumamente variadas, aunque siguiendo unos criterios claros de selección y ordenamiento: distintas ediciones de la obra de Cervantes –y no solo del Quijote, sino que de todo su corpus literario: desde el teatro, pasando por la narrativa, hasta su poesía–; los preliminares, estudios introductorios y epílogos de esas mismas ediciones; traducciones con sus respectivos paratextos; ensayos de crítica literaria, monográficos o no; escritos biográficos sobre el alcalaíno; comentarios cervantinos diseminados en otro tipo de obras; recreaciones literarias, imitaciones y adaptaciones en distintas lenguas; antologías, gramáticas, preceptivas, poéticas y retóricas que acogen extensa o brevemente la escritura de Cervantes de manera modélica y ya convertida en autoridad imitable; artículos y capítulos de historiografías de la literatura española, europea y universal; y, por último, algunas obras curiosas como colecciones de estampas y apuntes sueltos sobre Cervantes. Se excluyen, aunque con contadas excepciones, obras iconográficas por sobrepasar el objeto último de la recolección bibliográfica. Se trata, en suma, de un maremágnum de textos que conforman el cervantismo decimonónico.

Las entradas bibliográficas del catálogo se ordenan cronológicamente por años, y dentro de cada año el lector podrá encontrar un orden distributivo en función del tipo de texto catalogado, estructura que Cuevas Cervera explica oportunamente (12-18). Las entradas recogen, además de los datos básicos (título de la obra, autor, años de vida del mismo, año de publicación, lugar de impresión, volumen en páginas, etcétera), cuatro elementos sumamente destacables y útiles que merecen una mención aparte. Primero, se indica la localización exacta del texto en distintas bibliotecas, para que el lector pueda acudir convenientemente en su búsqueda específica. La ubicación de los textos se encuentra en varias redes de bibliotecas públicas y universitarias de acceso abierto (la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca de Cataluña, el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español, la Biblioteca Nacional Francesa, la Biblioteca Británica, la Biblioteca Estatal de Berlín y la Biblioteca del Congreso, entre otras), así como en colecciones digitales igualmente abiertas (Google Books y la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, por ejemplo). Un segundo componente a destacar en los datos de las entradas es la identificación de la obra en otros catálogos cervantinos preexistentes. En este sentido, el trabajo de Cuevas Cervera demuestra una gran exhaustividad al revisar y construirse sobre esfuerzos anteriores, pero parciales, que son incorporados provechosamente a este catálogo global. Los principales catálogos de los que se sirve El Cervantismo en el siglo XIX son los de Leopoldo de Rius, Gabriel Río y Rico, Joan Givanel i Mas y Ford y Lansing, a los cuales se suma más de medio centenar de otros catálogos cervantinos que son cuidadosamente referidos (14-17).

Los otros dos componentes de las entradas que quisiera destacar tienen un valor añadido al exceder la mera descripción bibliográfica. Por una parte, Cuevas Cervera introduce un comentario en cada asiento del catálogo, con una extensión variable de páginas dependiendo de la relevancia del texto catalogado, y en el cual expone sintéticamente el contenido de la obra y –más interesante e importante aún– establece vínculos y relaciones entre los textos del cervantismo anterior y posterior. Se genera, así, una verdadera red de conexiones de la tradición crítica a través de las distintas entradas por medio de estos comentarios de los asientos bibliográficos, red de relaciones que se refuerza con llamadas cruzadas que remiten al número de las distintas obras puestas en diálogo. Por otra parte, y complementando lo anterior, Cuevas Cervera inserta fragmentos de las obras catalogadas, de nuevo, con una extensión proporcional a su relevancia, y editados con la debida modernización de las grafías, acentuación y puntuación, facilitando de este modo la intelección verbal cuando resulta necesario.

En definitiva, todo el aparato de catalogación que concreta El Cervantismo en el siglo XIX logra señalar muy claramente las más significativas "genealogías en la tradición receptiva de las obras cervantinas" (13) del periodo histórico circunscrito. Pero además del catálogo –decía anteriormente–, este libro digital contiene un estudio preliminar sobre el que vuelvo. Cuevas Cervera, a partir de su empresa de catalogación, desprende las líneas maestras de la evolución interpretativa del cervantismo en el momento de transición hacia la lectura romántica del Quijote, momento en que la novela del alcalaíno ya forma parte del acervo cultural, no solo hispánico, sino europeo, traspasando con creces las fronteras geopolíticas y lingüísticas de la Península Ibérica. El estudio abarca aquellas líneas maestras dividiéndose en seis capítulos que conviene reseñar, siquiera someramente.

En el primer capítulo, el autor ahonda en la construcción de la figura de Miguel de Cervantes que articulan sus distintos biógrafos desde finales del siglo XVIII, indicando muy minuciosamente el esqueleto de datos sobre el cual se edifica la efigie cervantina por autores dieciochescos como Vicente de los Ríos y Juan Antonio Pellicer, o ya en pleno siglo XIX, Martín Fernández de Navarrete y Jerónimo Morán. Estos biógrafos armarán distintos discursos tendientes a enaltecer al Manco de Lepanto, aunque muchas veces confundiendo y contaminando su vida y su obra, la realidad y la ficción. En el segundo capítulo, Cuevas Cervera analiza las ediciones impresas del conjunto del corpus cervantino. Además del abrumador éxito editorial del Quijote –ya convertido en siglo XIX en un verdadero bestseller (50)–, el autor examina la suerte en las prensas del resto de las obras del alcalaíno: sus poesías sueltas, la Galatea, sus obras teatrales, las Novelas ejemplares, el Viaje del Parnaso, Los trabajos de Persiles y Sigismunda y las respectivas traducciones de cada texto en las lenguas de mayor difusión. Resultan particularmente útiles los cuadros que presentan sintéticamente todas las ediciones, remitiendo a ellas muy ordenadamente en el catálogo.

En el tercer capítulo, y como reza su título, "El análisis de la novela desde la Poética: Hacia la interpretación romántica del Quijote", Cuevas Cervera realiza un recorrido meticuloso por los textos exegéticos del cervantismo que van desde la Ilustración al romanticismo. En ese recorrido se encuentran hitos ineludibles como la lectura retórica que hace el clasicismo del Quijote, el problema de la conflictiva teorización del género novelesco, la conversión de Cervantes en autoridad preceptiva y las determinantes reflexiones de los románticos alemanes –los hermanos Schlegel, Schelling, Tieck, etcétera– y, secundariamente, ingleses. Sobre este último punto, el autor insiste acertadamente en el carácter fragmentario propio de los modos de teorización romántica, además de su heterogeneidad y la lentitud en la imposición hegemónica de su interpretación en el resto de Europa. El cuarto apartado versa sobre el proceso de incorporación de la obra cervantina en la incipiente conformación de un canon de la literatura española, que sirviera como expresión de una identidad cultural nacional. Cuevas Cervera estudia el lugar que ocupa el corpus cervantino en los tres pilares centrales que posibilitan la construcción de ese canon: las historias de la literatura, las retóricas y poéticas, y las antologías literarias. El capítulo siguiente, inmediatamente relacionado con el anterior, aborda la relevancia del canon literario español al servicio de la identidad peninsular que comienza a proyectar símbolos nacionales capaces de afrontar los conflictos culturales mantenidos, sobre todo, con Francia e Italia. Finalmente, el último capítulo del estudio preliminar de El Cervantismo en el siglo XIX se aproxima a las últimas dos décadas del tramo histórico delimitado por el catálogo, es decir, de 1840 a 1860. Entre esos años, Cuevas Cervera observa un agotamiento del cervantismo en sus tradicionales formas críticas y el surgimiento de nuevas y curiosas maneras interdisciplinares de apropiarse y actualizar la obra y figura de Cervantes, como por ejemplo, el discurso médico, el discurso geográfico e incluso una crítica esotérica, al tiempo que se consolidaba una oficialización del novelista a través de diversas celebraciones y conmemoraciones institucionales.

En definitiva, El Cervantismo en el siglo XIX: Del Quijote de Ibarra (1780) al Quijote de Hartzenbusch (1863) supone un enorme avance en los estudios cervantinos actuales. A través del casi millar y medio de obras catalogadas, Francisco Cuevas elabora un trabajo monumental y exhaustivo que despliega un panorama sumamente integral de la crítica en torno al Quijote y a Cervantes desde fines del siglo XVIII hasta mediados del XIX. Pero además de cubrir el lapso señalado, la investigación del autor es capaz de proyectarse tanto hacia el pasado como hacia el presente de la tradición receptiva cervantina. En este sentido, este libro se yergue como una herramienta de investigación imprescindible para todo aquel que pretenda estudiar la recepción de Cervantes, poniendo a disposición de los lectores un amplio y riguroso aparato de búsqueda y análisis bibliográfico apoyado en las nuevas formas del quehacer humanista en la era digital.

 

Ariel Núñez Sepúlveda

Universidad de Chile
ariel.nunez@ug.uchile.cl