DOSSIER BICENTENARIO

 

Veinte Poemas de Amor y Una Cancin Desesperada (1924)2 de Pablo Neruda es uno de los libros cardinales de la sociabilidad lrica y la educacin sentimental hispanoamericana. Aunque la obra ha sido ampliamente escrutada y examinada -convertido ya el documento en "monumento"3-, tanto el proceso generativo como su correlato sociocrtico no han sido suficientemente ponderados para abordar los dispositivos y procedimientos que co-construyen la segunda publicacin del vate. Apartir de referentes biobibliogrficos, crticos e histricos, este trabajo pretende explorar sintticamente las estrategias textuales, estticas y socioculturales que se articulan en la factura de Veinte Poemas de Amor... proponiendo una lectura que enfatiza la exhaustividad autocrtica del autor y las paradojas valorativas de la obra a la luz de su recepcin en Chile.


 

I. "ESCRUPULARIO"

 

Sucede, de lectura en lectura, que el primer temblor al que invita Veinte Poemas..., no es sentimental, sino pedaggico. Oblicua pedagoga -ni sermn, ni cantinela: solo voces en sordina cuyo eco sugiere que la musa, ni inspirada, ni transpirada es finalmente, aun en el trnsito ms aciago, escrupulosa correccin y curatora.

 

A lo largo de 1923 y, sobre todo en el verano de 1924 a orillas del ro Imperial, de Puerto Saavedra y de Carahue, an de 19 aos de edad y un solo libro publicado, el escalpelo de Ricardo Eliecer Neftal Reyes Basoalto -ya convertido en Pablo Neruda- est para cirugas mayores. Escrito y ensamblado, teniendo como imaginario emocional a "Marisol" -Teresa Vsquez-, amor de la Frontera, en Temuco, "que impregna mi adolescencia provinciana"(Neruda, Conferencia s/n); a su compaera de curso del Instituto Pedaggico, "Marisombra" -Albertina Rosa Azocar Soto-, que la "aguardaba ms tarde en el laberinto de Santiago" (Neruda, Conferencia s/n) y, marginalmente, a Mara Parodi, la de los "ojos negros y repentinos" (Neruda, Para Nacer 389) de Puerto Saavedra -inspiradora del poema 19-, la atribulada arquitectura deVeinte Poemas de Amor y Una Cancin Desesperada no se funda solo en la congoja doliente del joven que ha desenclaustrado el deseo y se autoflajela con desmedidos golpes de frustracin amatoria y despecho catrtico. Programtico, tras el tajo sentimental y la miseria sexual, se esconde un armazn "desesperadamente" calculado para extender un dolor que sabe occidental y globalizable, cuyos ingredientes residuales son una onza de heterosexualidad masculinizante y una pizca de monogamia fingidora agitadas en la dramaturgia del yo. De este modo, el problema de la recepcin, de la interpelacin y lectora, estaba resuelto antes del erotizado poema 1: "Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega/ Mi cuerpo de labriego salvaje te socava..."(23), habida cuenta de un correlato histrico y cultural -al menos en Chile- en que las articulaciones de clase, gnero y generacin explicaban una osada y crata liberacin del parlamentarismo conservador -triunfo de Alessandri en 1920 vehiculizado por una juventud transformada en novsimo actor social-, y una tmida pero naciente oposicin a la "oligarqua de los cuerpos" controlada por el ethos catlico, porfiadamente anticlerical y con amplia reverberacin crtica en la naciente mesocracia, de la que Neruda era un curioso, pero aventajado representante.

 

En este contexto resulta axial el imaginario que irradia la Federacin de Estudiantes de Chile (FECH), orgnica en la que Neruda particip como estudiante secundario y universitario. La FECH produjo y puso en circulacin un espacio de identificacin simblico-juvenil gravitante para el momento, las llamadas "Fiestas de la Primavera" -realizadas en el mes de octubre de cada ao-, que condensarn gran parte de las subjetividades juveniles en su versin mesocrtica, estudiantil y masculina, por donde transitan prcticas e ideas sobre la emotividad y las relaciones amorosas cada vez ms alejadas y opuestas al velo y la represin moral. La fiesta -que tuvo continuidad durante dcadas- aglutinaba a la mayor parte de la expresin artstica de la "bohemia" y donde tenda a visibilizarse tenuemente a algunas mujeres-jvenes, nomenclatura casi ausente por el monopolio de la trada hombre-joven-estudiante con que haba emergido el prototipo identitario juvenil a principios del siglo XX (Gonzlez 65-74). En este sentido, parte del correlato sociocultural acompaa progresivamente el riesgo "moral" y expresivo de Veinte Poemas... en la medida, como lo plantea Schopf, en que "los poemas comunicaban una experiencia ertica y una imagen de la mujer y las relaciones amorosas hasta ese momento inditas en la poesa chilena y, en general, en la poesa de la lengua espaola" (78).

 

De esta manera, el entuerto a resolver por Neruda se desplazaba de los niveles tpicos a los estticos y, a su vez, de los meramente textuales a los contextales. Es all donde demuestra, temprano y certero, su talento y de paso, su pedagoga. Prueba, testea, en un ejercicio de matemtica social, el parecer de mediadores y productores calificados para instalar un nuevo libro. Con Crepusculario (1923), haba hecho lo propio -ayudndole a financiar la edicin nada menos que el crtico Hernn Daz Arrieta (Alone)-, sin embargo, haba Saqueado en sus pretensiones mayores debido a su breve trayectoria e ilustracin esttica. El plan, ahora, contempla adems de las estrategias sociales en el campo de fuerzas literario, hiptesis estilsticas. Coteja sus versos entre otros, con Aliro Oyarzn, Alvaro Yez (Juan Emar) y Alberto Rojas Jimnez, amigos, omnvoros lectores y, en el caso de Rojas Jimnez, vaso comunicante con el ultrasmo peninsular y la vanguardia francesa (particularmente con Guillaume Apollinaire). Se cartea con el poeta uruguayo Carlos Sabat Ercasty y el mismo Alone; anticipa en revistas -Claridad, Zig-Zag, entre otras-, una buena porcin de textos, calibrando clnicamente su impacto. Toma una decisin crucial: debido a su intercambio epistolar con Sabat Ercasty decide posponer la publicacin de un corpus paralelo a Veinte Poemas... titulado el "Hondero Entusiasta", que representaba para el vate -hasta ese momento- una muesca ms contundente en la breve genealoga de su obra. Ecualiza su voz y se repliega sobre un trazo menos fuerte (Loyola, Neruda155-158), pero menos replicante en el contexto de la poesa latinoamericana, escrutando y desbrozando el surco de sus textos sentimentales abiertos en el sur fluvial y en el cit metropolitano.

 

De este modo, vuelve contumaz sobre el proyecto de Veinte Poemas... Compone, refina y complejizapor la va de la reduccin; dota de inteligibilidad a la hiprbole o la metonimia hermtica maridndola con el adjetivo llano, transparente. Cuela el tropo obvio para lograr una metfora neutra, pero incandescente. Modula el riesgo, aquilatando la herencia casi monoplica del canon versificador -que asegura su recepcin en la "gran" minora lectora-con el atrevimiento de la textualidad sobremoderna: "slo guardas tinieblas, hembra distante y ma, // de tu mirada emerge a veces, la costa del espanto" (Neruda 35; poema 7). Ms an, borronea autoras, en la seguridad culterana de la parfrasis y la finitud de la originalidad, exprimiendo el poema "El Jardinero" de Rabindranath Tagore, para dejar un sumo destilado, aunque todava dulzn, que es el poema 16: "mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. // En tus ojos de luto comienza el pas del sueo" (53). Mismo poema-trampa que hizo que sus enemigos literarios lo acusaran de plagio.

Neruda desecha la ancdota remilgada y biogrfica que empaa no solo la eficacia comunicativa, sino esttica. Conocida es su radical enmienda al poema 15, anticipado doblemente, tanto en la revista Vendimia de La Serena -noviembre de 1923-, como en la revista Zig-Zag, ambos bajo el literal y naif 'ttulo "Poesa de su silencio". En una de sus podas capitales, el poeta elimina una estrofa completa del texto original que segua a la cuarta estrofa (de la que, por cierto, extrae y sustituye los versos tercero y cuarto). El bardo recela, vergonzante y fro, de publicar bajo el prestigiado y eltico soporte libro, esta licencia inexcusable: "como callabas antes cuando eras ms pequea? // As se te quedaban las manos sobre el pecho?) // (Si t no me lo dices tendr que preguntrselo // a tu hermano el poeta que se fue para Mxico" (Neruda, Poesas/n).

 

Ms an, el manuscrito de lo que sera el poema 15 titulado "poema de su silencio" y subtitulado "mariposa de sueo" -atesorado por Albertina Azocar4-, seala, igualmente, mltiples correcciones y reelaboraciones, entre las que se encuentra la factura de la rtmica y astuta ltima estrofa: "Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto" (51). Como lo consigna Hernn Loyola, pocos manuscritos testimonian la "batalla para superar los lmites y obstculos (...) un salto de calidad potica sorprendido en su actuacin misma. Nada mal tratndose de un muchacho de 19 aos" (Loyola, Notas 54). Lo cierto es que Neruda en 1924 era biolgicamente joven, pero social y literariamente adulto, con la capacidad e inteligencia de trazar una "tctica esttica", un plan estilstico depurado que le permitiera situarse en los intersticios del modernismo y postmodernismo potico criollo, con flecos y borlas propias.

 

Como lo anticipbamos, el autor tiene, al menos, una triple tribulacin: la lejana y frialdad insufrible de "Marisombra" -la de la "boina gris"-; el recuerdo provincial y anhelante de "Marisol"; y por otro, la de darle consistencia literaria a un poemario que lo ve precipitndose a un abismo de cursileras y, lo peor, arriesgando su propia autora a la ridiculez del "narciso y medio borracho de podesa", como De Rokha le reclamar (Cit. en Zern 171). As, Neruda decide ejercitar las dos matemticas, las sociales y estticas, trocando la desesperacin en planificacin y anteponiendo la ingeniera estilstica a la mera exorcizacin emocional (de hecho, sintetiza en una muchacha, todas). De este modo, el vate termina publicando enVeinte Poemas de Amor y Una Cancin Desesperada -por parentela temtica-, un segundo Crepusculario, pero ahora medido y contenido, cuidadamente hbil y escrupuloso, un "escrupulario". Desde sus primeras tentativas, cuando le confidencia epistolarmente a Alone la preparacin de "un nuevo libro: 'Doce Poemas de Amor y una Cancin Desesperada'", Neruda se muestra pudoroso, solicitndole al crtico: "No me hable mal del ttulo. Son mi obra restante y simultnea a Crepusculario" (Cit. en Fernndez 4).

 

Depurado y aumentado a veinte los "poemas de amor", Neruda desplaza su faena del contenido al continente. Conmina al ya envejecido poeta Augusto Winter para que le transcriba a mquina todo el libro. Sus exigencias no son meramente mecanogrficas, sino tambin plsticas:

 

 

Insist que ste fuera copiado en papel de estraza en formato cuadrado. Tambin decid que los bordes de las pginas debieran ser dentados, para lo cual el pobre don Augusto, vctima de mis caprichos, haciendo presin con el serrucho sobre el papel, dejaba cada pgina maravillosamente dentada (...). Ms tarde, el editor conserv el formato cuadrado de mis originales, promoviendo as una pequea revolucin en los libros de poesas de aquel tiempo (Cit. en Olivares 109-110).

 

En efecto, en las primeras semanas de otoo de 1924, el escritor Eduardo Barrios acta como intermediario frente al editor Carlos George Nascimento para publicar el libro. Transcurridos unos das, el propio Nascimento llama a Neruda para decirle: "Muy bien, publicaremos su obrita" (Neruda, Obras 544). En junio de 1924, a un mes del cumpleaos nmero 20 del autor, aparece el libro con 96 pginas sin numerar.

 

Sin embargo, su tesn curatorial, su "escrupulario", lo hace volver al contenido y al continente en 1932, fecha en que decide reeditar la obra, encargndole a Alberto Rojas Jimnez la diagramacin y vietas5. All emprende una segunda ciruga, mayor y a corazn an ms cerrado. Sustituye ntegramente el poema N° 9 de la edicin de 1924 -conocido bajo el ttulo de "El Prisionero"- por un poema sofisticado y en sincrona con la revolucin esttica de las primeras vanguardias, cuya cripticidad inicial muestra la complicidad con una audiencia ms aggiornada: "Ebrio de trementina y largos besos, // estival, el velero de las rosas dirijo, // torcido hacia la muerte del delgado da" (39). Varias dcadas ms tarde, el poeta confiesa y describe parte del fuego en la cocina escritural de Veinte Poemas... recordando las misivas crticas de Sabat Ercasty. Neruda se memoriza rotundo: "Estaba equivocado. Deba desconfiar de la inspiracin. La razn deba guiarme paso a paso por los pequeos senderos (...). Romp muchos originales, extravi otros (...)" (Neruda, Confieso 70); "(...) reduje estilsticamente, de manera deliberada, mi expresin. El resultado fue mi libro Veinte Poemas de Amor y Una Cancin Desesperada (Neruda, Obras 559).

 

II. "RESILENCIA" EN LA TIERRA

 

Especialistas en la obra nerudiana han trabado disputas exegticas sobre los sedimentos o, ms exactamente, sobre el lgamo presente en la llamada "poca azul" del vate -donde se encuentran sus primeros libros, como el citado CrepuscularioTentativa del hombre infinito (1926); El hondero entusiasta (1933) y, claro est, Veinte Poemas de Amor...- para dotar de causalidad a la aparicin de lo que se considera un parteaguas de la poesa hispanoamericana y universal, como lo son la publicacin deslumbrante y renovadora de Residencia en la Tierra I y II (1933/1935) y, posteriormente, de Canto General (1950). En consecuencia, la valoracin de esta primera etapa de la poesa del vate est relegada a la mensura de su estatus mim-tico con el modernismo finisecular o, ms felizmente, a la microscopa de sus versos como eslabn precario -un Neruda no nato- en relacin con sus obras cumbres, siempre posteriores. Curiosamente,Veinte Poemas... tempranamente niega y se resiste, no tanto a la evidencia emprica, como a la futilidad de dicha empresa analtica. Ello, debido a que la recepcin de la obra hizo eclosionar a ese supuesto embrin en un Neruda ya maduro, ya fundamental, que ensombrece la criba disciplinante. As pues, Veinte Poemas... seboleriza, se rocanrroliza, es decir, se pluraliza y populariza antes de la irrupcin de la industria cultural masiva y segmentada en Amrica Latina. Su oralidad, anclada en la memoria social, la convierte en un bien simblico pop por su reproducibilidad: mucho de los poemas son un hit en un lbum -libro/disco- recursivo, en una poca precariamente alfabetizada y fundamentalmente mnemottica (la ley de Instruccin Primaria Obligatoria se haba aprobado recin en 1920). Doblegada la crtica periodstica -Neruda da respuesta pblica a las debilidades del libro apuntadas por Alone, Ricardo Latcham, Alfonso Escudero y Mariano Latorre6-, la msica del libro se reg incontenible en la escucha social, apareciendo solo un ao despus de la segunda edicin -1932- una tirada pirata en Buenos Aires, de amplia difusin y con sucesivas reediciones en 1933, 1934 y 19387 que proyect los Veinte Poemas... a la fama internacional. En rigor, un longplay, un larga duracin, antes de la democratizacin del acetato, de la expansin de la radiodifusin y de la irrupcin de Lucho Gatica o Frank Sinatra, con veinte baladas contagiosas y un poema-eplogo no bailable. "(...) Entonces entr Eva hablando en espaol en un librito de bolsillo nacido en Chile (...) Para ensearnos que un amor de poeta latinoamericano poda leerse y escribirse hic et nunc (...)", recordara Julio Cortzar (Loyola, Neruda166). Ms an, una sola casa editorial -Losada- celebrar en junio de 1961 el milln de libros impresos y, en diciembre de 1972, con la 17a edicin, conmemorar la suma de dos millones de ejemplares de la obra.

 

Las y los poetas que le acompaan, aquejados por un incipiente vanguardismo mimtico/hermtico y un acolchado tardo-romanticismo, se vern imposibilitados de mediatizarse e industrializarse simblicamente, sus obras no dan con la tesitura emocional que vocean en la intimidad las nuevas clases medias y populares en Amrica Latina. Entonaciones anmalas que Neruda oye y reproduce; notas pendulares, cuyo vaivn recuerda el ritmo modernista -el Azul de Daro se cuela an- pero que acunan, en la melopea hipntica, acoples imprevistos y sobresaltos mtricos de la primera vanguardia. Ruta intermedia, para nada inocente, que escarcea y rehuye por igual, tanto de Huidobro y de De Rokha, como de las dos cohortes anteriores -poetas de 1900 y 1914-, como Pedro Antonio Gonzlez, Miguel Magallanes Moure, Vctor Domingo Silva, Max Jara, Gabriela Mistral o Pedro Prado. Aunque amplifica-los Veinte poemas... no son losVeinte poemas para ser ledos en el tranva (1922) de Oliverio Girondo-, la pluma de Alone detecta, auguralmente, parte de las pretensiones de la obra:

 

 

Abramos sin pasin su segundo volumen potico [Veinte Poemas de Amor... ]. Parece ms raro y menos accesible que el primero... Aqu domina cierta especie de sequedad entrecortada, casi dolorosa, una violencia de expresin, hija tal vez del excesivo afn de novedad. (...) El poeta quiere separarse a toda costa de los otros, los viejos, los de ayer, los de anteayer y corta amarras, bate el ala al viento, trata de alejarse y huir (Alone s/n).

 

Neruda responde, reconoce y alega que en diez aos solitarios de oficio, se le han adherido "ritmos diversos, corrientes contrarias", "sin hallar lo perdurable, porque no existe" (Neruda, Exgesis s/n). Desde la ira, De Rokha no se equivoca del todo a propsito de Veinte Poemas... 

 

 

Singulariza a estos poetas del medio ambiente, a estos poetas a la moda, a estos poetas siempre a la moda, la maa tcnica, el truco, la utilizacin admirable de la retrica del instante, de la potica del instante, del "acento" del momento. (...) Y as, aquel verso tonto, aquel verso bobo de demencia con su matraca malvada y asonantada, va acunando el material hospiciano, el saldo, el complejo saldo de imbecilidad bailable que posee el individuo (Cit. en Zern 171-172).

 

"Imbecilidad bailable", cuyo beat -para irritacin del autor de Los Gemidos-mueve incontenible las palmas y el cuerpo social, como pocos ritmos lo haban hecho. Maestro, Neruda y su estratagema enrarecida de alejandrinos, endecaslabos y verso libre, asesta un disco de platino universal, utilizando en su poemario, velada, pero con lujo, nada ms ni nada menos que 26 veces la palabra "alma", excomulgada ya en el diccionario de la poesa.

 

El resultado es anmalo y riesgoso si se considera la ruptura acaecida en el horizonte socio-esttico de la poesa chilena de las primeras dcadas del siglo XX en relacin con la del siglo XIX. La autonomizacin del campo literario como espacio de produccin simblica de "imaginacin" en los primeros aos de 1900 -es decir, su deslinde con el periodismo, el folletn, el ensayo poltico o historiogrfico (Cataln 118-140), haba puesto en entredicho el "gusto oligrquico" que de la mano de Nez de Arce, Campoamor, Bcquer, Gutirrez Njera, fundan lo potico con lo declamatorio y lo esttico con lo pattico. La bohemia rebelde, articulada en torno a la revista de la Federacin de Estudiantes Claridad, el centro poltico-literario Francisco Ferrer, el cafLos Inmortales o los bares de calle Bandera, San Pablo, Phillips, haban desterrado los afanes "romanticones" y la "literatura de confitera" en dilogo, fundamentalmente, con la literatura rusa y el simbolismo y surrealismo francs. No obstante, Neruda Con Veinte Poemas... transporta de una manera oblicua la herencia decimonnica, revitalizando la semilla de la oralidad e instalando la arritmia de un comps como poesa de uso, ya en la domesticidad o en el cenculo pblico de aquellos que se duelen y se aman. As, Veinte Poemas..., en el continuum o en la autonoma de la obra nerudiana, es resilente8. En primer trmino -y desde su gnesis-, porque materializa y reconvierte la mera tribulacin biogrfica -sentimental- del autor en un objeto esttico que capitaliza su talento y tesn escritural para visibilizarlo como poeta. En segundo trmino -y crucial en relacin con este ltimo apartado-, la obra se sobrepone a la sancin esttica de sus contemporneos, al castigo del filtro especializado y a la subordinacin esttica. De este modo Veinte Poemas... pareciera contener dispositivos resilentes que actualizan su entereza ante las lecturas adversas y que explican su impacto formativo en varias generaciones de lectores en el mundo a lo largo del siglo XX. Uno de estos dispositivos, por ejemplo, es el que neutraliza la instrumentalizacin identitaria: el intento de imponer a Neruda como el santn mayor de una chilenidad ensimismada, soslayando el "esperanto" que subyace en ste, su gran libro apatrida. Curiosa trayectoria para un poemario que comenz como una "obrita" para su editor y que tuvo un efecto milimtricamente contrario en la "audiencia" global a lo que predicara el metdico e instruido crtico Ricardo A. Latcham: "Estos poemas... desesperan antes de que el lector llegue a entonar la cancin" (Cit. en Olivares 28).

 

BIBLIOGRAFIA

Notas

 

1 Este trabajo tuvo su origen en un prlogo al libro homnimo reeditado por ediciones UDP el ao 2008.

2 Como veremos, el ao 1924 se publica la primera edicin de la obra y en 1932 se imprime su versin definitiva. Los poemas citados en el presente trabajo -salvo que se indique lo contrario-, corresponden a sta ltima versin reeditada en Chile en 2008 por ediciones UDP.

3 Entre muchos estudios especficos, se cuentan: Santander, Carlos. "Amor y temporalidad en Veinte poemas de amor". Anales de la Universidad de Chile. 157-160 (1971): 91-105; Loyola, Hernn. "Lectura de Veinte poemas de amor". Isaac Levy y Juan Loveluck, eds. Simposio Pablo Neruda: Actas. Nueva Cork: Las Amricas, 1975. 339-353.; Morelli, Gabrielle. Strutture e lessico nei Veinte poemas de amor y una cancin desesperada. Miln: Cisalpino-Goliardica, 1979; Yanko, Aron. Pasin y abstraccin en Veinte poemas de amor y una cancin desesperada. Madrid: Editora Nacional, 1980; Lozada, Alfredo. "La amada crespuscular. Veinte poemas de amor y una cancin desesperada". E. Rodrguez Monegal y E. Mario Sent, eds. Pablo Neruda.Madrid: Taurus, 1980. 92-103. Araya, Guillermo. "Veinte poemas de amor y una cancin desesperada".BulletinHispanique. 1-2/ 84 (1982): 145-186; Ellis, Keith. "La bsqueda infructuosa en Veinte poemas de amory una cancin desesperada". Nuevas aproximaciones a Pablo Neruda. Mxico: FCE, 1987. 53-62; Morelli, Gabriele.Cmo leer Veinte poemas de amor de Pablo Neruda. Madrid: Jcar, 1997.

4 Manuscrito dirigido a Albertina Azocar y publicado en formato facsimilar por Fernndez. Sergio. Cartas de Amor de Pablo Neruda.

5 El relativo desconocimiento de este hecho se debe a que Jimnez no acostumbraba a firmar su obra visual con su nombre, "sino con una copa y una botella de vino, y otras veces, casi siempre, con el nombre de Sergio, su hijo" (Plath 255).

6 Neruda, Pablo. "Exgesis y soledad". Diario La Nacin. (20 de agosto de 1924).

7 Nos referimos a las editadas en Buenos Aires por Editorial Tor.

8 El trmino resilencia o resiliencia (del latn "resillo", que significa volver atrs, volver de un salto) es usado por las ciencias fsicas para describir la habilidad que posee un metal de absorber un impacto, tolerar temperaturas altas o sufrir algn cambio deformador y luego poder recobrar su forma y sus propiedades originales. Contemporneamente se ha extendido, primero, a la sicologa y seguidamente a las ciencias sociales, para comprender la flexibilidad social adaptativa como respuesta a diversos tipos de exclusin y riesgo social, as como adversidades o acontecimientos traumticos (Vgr. Grotberg E. 2002). Aqu ampliamos metafricamente el sentido del vocablo para aplicarlo no solo a la autora sino tambin a una obra literaria que sancionada o excluida tiene la capacidad adaptativa de sobreponerse y fortalecerse ante dichos fenmenos.